Fotos: Cortesía OCV Hermosillo
La emoción es un sentimiento patente en la voz que se escucha del otro lado de la línea telefónica, por momentos desarticulada; pareciera tener dificultad en controlar la satisfacción que provoca el hecho de recordar los rostros de satisfacción y felicidad de quienes han tenido la oportunidad de vivir la extraordinaria experiencia del “Año Nuevo Seri”.
Creo que ya perdí la cuenta de las personas que alguna vez me han dicho: Ya se me olvidó la última vez que vi las estrellas”, dice con gusto, Francisco García Karam, Director General de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Hermosillo, un organismo que tiene muy claro que el crecimiento logrado hasta ahora, por la capital sonorense, se debe en buena medida a que la mayoría de los esfuerzos han estado enfocados, desde el principio, a crear experiencias memorables, capaces de quedar gravadas de manera indeleble en los recuerdos y en los corazones de los visitantes.
Estamos conscientes de que para destacar en el segmento de turismo de reuniones, hace falta contar con buena infraestructura, capacidad hotelera, mejor servicio y una excelente organización, pero, ¿qué pasa cuando ofreces eso y no una experiencia que los visitantes recuerden por mucho tiempo? Pasas a ser un destino más”, agrega García Karam. Hermosillo es unclaro ejemplo donde la vocación llegó antes que la infraestructura, y se ha sabido aprovechar hasta el punto de tener un producto atractivo y vendible como el “Año Nuevo Seri”, que ha comenzado a llamar la atención de propios y extraños.
Para el funcionario, Sonora vive en un mundo dual, en donde el potencial de crecimiento es enorme. “Por un lado, se conoce tan poco del estado, que resulta relativamente fácil complacer a los nuevos visitantes con lugares como la Bahía de Kino o las Dunas de San Nicolás; por el otro, poca gente conoce otros productos turísticos del estado, de tal suerte que promocionar nuestros atractivos y, en particular la capital, es nuestra prioridad.”
Por fortuna, parece que existe un cambio de tendencia en los mercados, y el turismo de reuniones no es la excepción; los visitantes son cada vez más proclives a experimentar nuevos destinos, que les dejen experiencias perdurables y sorprendentes, y lo mismo pasa con los organizadores de eventos.
Suena extraño en primera instancia, pero la persona que dirige la OCV de Hermosillo, piensa en “vender las estrellas”, y no es broma, se refiere a todo un concepto que tienen ya muy elaborado, pues parte de la premisa de que “con el simple hecho de voltear la vista al cielo”, se puede iniciar una de las experiencias más bellas de la vida; y como esa, existen muchas más vivencias en Sonora.