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Turismo, la gran industria no valorada

5 de abril de 2017 en |Categoría

 

México está dotado de innumerables atractivos turísticos, que pueden atraer a millones de visitantes y mejorar con ello su economía, pero le urge una política turística estructurada, que lo lleve a alcanzar logros concretos

En un video que se ya ha hecho popular en las redes sociales, el Secretario General de la Organización Mundial de Turismo, Taleb Rifai, pronunció un emotivo discurso, que tiene como tema central a México y su gran capacidad para convertirse en una gran potencia turística; en él resalta las maravillas que posee nuestra nación, y dice que está llena de riqueza, cultura, diversidad y tradiciones, que la convierten en “un mundo propio”, capaz de atraer a millones de turistas.

 

Pero más allá de la certeza del discurso, el secretario puso el dedo en la llaga. Efectivamente, México es una potencia turística; ya recibió 35 millones de visitantes extranjeros en 2016 y va por los 40; no obstante, este incremento es producto de los atractivos y características de las que está dotado y de los esfuerzos que han realizado otros sectores, y no precisamente el resultado de una política turística estructurada que lo haya encaminado al éxito y a alcanzar un pleno desarrollo en la totalidad del territorio.

 

Pero echemos un vistazo rápido a los espectaculares resultados que avalan el crecimiento de México en los últimos años. En 2016 tuvimos un nuevo récord histórico en captación de turistas internacionales, al llegar a los 35 millones, cifra 9 % superior a la registrada en 2015, que fue de 32.1 millones; adicionalmente, esta alza estuvo acompañada por un incremento en el ingreso de las divisas por turismo internacional, que pasaron de 17 mil 334 millones en 2015, a 19,571 millones en 2016, un avance del 10.4 por ciento.

Si contrastamos las cifras de 2015 con las de 2014, volveremos a notar que el crecimiento ha sido significativo, y que el turismo en México se encuentra en una espiral ascendente, que motiva el optimismo de todos los sectores y de la misma Secretaría de Turismo, la cual, a través de su titular, Enrique de la Madrid Cordero, ha declarado que la próxima meta del país son los 40 millones de turistas internacionales.

 

¡Cuidado! Hay mucho por hacer

Para nadie es un secreto que la debilidad del peso frente al dólar es un factor que motiva el incremento en la llegada de turistas internacionales, principalmente norteamericanos, que se ven atraídos por un tipo de cambio favorable. El entorno global ha propiciado que nuestra moneda se devalúe; sin embargo, a decir de algunos analistas, poco a poco llegará a un punto de estabilización, y entonces, veremos en qué medida impactará la llegada de estos visitantes.

 

Volviendo a las cifras de 2016, nos encontraremos con una excesiva dependencia del mercado norteamericano, primer emisor de turistas que llegan al territorio vía aérea (9 millones 643 mil), lo que representa 61.4 % del total, de acuerdo con datos del Banco de México, que contrasta con el segundo país de la lista, Canadá, que, a pesar de ser el segundo mercado en este rubro, apenas alcanza 1 millón 734 mil pasajeros, solo el 11.1 % del total. Mencionar al tercer y cuarto lugar (Reino Unido y Colombia), es hablar de 513,794 turistas para el primero y 390,243 para el segundo, es decir, el 3.3 y 2.5 % del total de mercado.

Lo anterior deja claro que México sufre en el turismo una situación similar a la del comercio, en donde Estados Unidos se convirtió en su principal mercado; igual comportamiento se observa en el área industrial. Durante años se ha hablado de la necesidad de diversificar y voltear hacia Europa y América Latina; no obstante, aunque en los últimos años se ha mostrado mejoría, no logran equilibrar, ni de lejos, las llegadas de los turistas provenientes de América del Norte. La gran pregunta radica en cuánto margen de acción tiene México en caso de presentarse una caída drástica de turistas americanos y canadienses.

 

Problemática múltiple

Por otro lado, aún prevalecen, en el área del turismo, desigualdades que no han podido ser erradicadas; la primera y más grave de ellas, de acuerdo con Silvia Hernández, ex Secretaria de Turismo, es que en México solo 5 destinos concentran el 90 % de la actividad turística Internacional: Cancún, Los Cabos, Puerto Vallarta, Guadalajara y Ciudad de México, que reciben 9 de cada 10 dólares que gastan los turistas extranjeros. La falta de conectividad aérea, productos turísticos plenamente desarrollados, pero, sobre todo, una promoción casi inexistente fuera del mercado nacional, serían algunos otros factores que afectan al sector.

 

Si a esto le sumamos que no se ha trabajado para que estos polos de atracción de turistas sirvan como “distribuidores regionales”, una vez que se ha logrado captar al visitante, como sería el caso de Cancún con los demás destinos de la península, podemos pensar que, lejos está el día en que hablemos de un pleno desarrollo turístico por regiones.

 

Paradójicamente, el segundo problema tiene que ver directamente con la imposibilidad de la industria turística de expandir la riqueza que genera, a las comunidades más desfavorecidas. “Seguimos teniendo destinos ricos y comunidades pobres”, dijo Silvia Hernández durante el pasado Foro Nacional de Turismo, que se llevó a cabo en la Ciudad de México. Un claro ejemplo es Cancún, que, siendo el destino turístico más exitoso de México, aún cuenta con cinturones de pobreza muy cercanos a la zona hotelera, una de las más desarrolladas de todo el país.

 

Lo anterior, sin mencionar la estrategia del “todo incluido”, una alternativa que, si bien propicia la llegada de un gran número de turistas, también permite que las ganancias se concentren en muy pocas manos y que los pequeños empresarios no se vean beneficiados.

 

Los problemas son muchos y los diagnósticos también, pero parece que las autoridades se niegan a aplicar el remedio, ¿será tan difícil? No lo creo, tenemos ejemplos de buena gestión turística cuyos destinos son un ejemplo a seguir, como Guanajuato y Yucatán, con Fernando Olivera y Saúl Ancona a la cabeza de sus respectivas secretarías. A pesar de estas muestras, la mayoría de los destinos mexicanos se han sumido en el ostracismo y parecen haber olvidado por completo la promoción. De acuerdo con los expertos, esto tiene que ver también con una desigualdad en el presupuesto que se les asigna, en función a la cantidad de impuestos de hospedaje que recaudan, de modo que resulta casi imposible que un destino como Querétaro tenga las mismas oportunidades de promocionarse que Cancún o Los Cabos.

El turismo es oro

Durante muchas décadas el turismo mexicano se ha enfrentado a una marcada indiferencia por parte de los distintos gobiernos, tanto federales como estatales. Desafortunadamente, para una gran mayoría, la llamada “industria sin chimeneas” se considera, todavía, una actividad sin importancia; solo significa viajes, diversión y largas horas tomando el sol en la playa.


Esta visión tan acotada propicia la pérdida del contexto y se olvida que el turismo genera millones de divisas para el país, millones de empleos (9 millones para ser exactos), desarrollo en infraestructura, además claro, de convertirse en el motor de muchas otras pequeñas cadenas productivas, como es el caso de aquellas que les suministran alimentos a los hoteles o cruceros, por citar solo un ejemplo. Muy a pesar de que hoy en día el turismo representa ya el 8.7 % del PIB nacional, parece que las autoridades no se han dado cuenta.

En su intervención, durante el Foro Nacional de Turismo 2017, Fernando Martí, Director General del evento, dijo que: “durante años hemos peleado para que el turismo saliera de las páginas de sociales y se convirtiera en una noticia financiera. Lo hemos logrado”. Es cierto, el turismo por fin ha abandonado la frivolidad de las páginas de sociales, pero el reconocimiento como “motor económico” de México aún está pendiente, fuera de los círculos académicos.


Cada vez con mayores argumentos, el turismo se está convirtiendo en la industria más importante para el país, sobre todo en estos momentos en que las remesas que mandan nuestros connacionales se están viendo amenazadas y que la producción y venta de petróleo no atraviesan por su mejor momento; sin embargo, su reconocimiento no va más allá del papel y los discursos en los que se le enaltece.


En este año, 2017, la Secretaria de Turismo Federal sufrió un recorte del 35 % de su presupuesto, a pesar de que está, como se ha dicho, en su mejor momento. Por todo ello, es hora de apuntalar, no de recortar; se debe actuar, no vaya a ser que matemos a la gallina de los huevos de oro y nos vayamos a arrepentir de no darle al turismo mexicano la atención que se merece.